Nos conocimos en Londres. Yo asturiana y él gallego. Los dos de 17 años, él cumplidos y yo de camino. Apenas fueron dos noches, pero dos noches mágicas en las que charlamos, contamos aventuras, chistes ,nos conocimos, nos dimos nuestros tuentis y todo fue genial. Ellos se marchaban un día antes que nosotros. En la mañana vi su grupo. Lo llamé por su nombre cuando me lo crucé en la terraza del hotel, se giró y me sonrió. "¿Eh, ya os vais?" le dije "Buen viaje y ya hablaremos algún día por el tuenti". "Ojalá nos volvamos a ver, ha sido un placer" me dijo, y se despidió con dos besos, cálidos y llenos de ternura. Ocurrió en abril.
Ayer mi corazón dio un vuelco. Una chica que conocí allí también, amiga de él, me pasó un artículo del periódico gallego en el que comentaba su muerte. Preferí no creérmelo y le dije que por favor no jugase con esas cosas. Ella me confirmó la verdad, y que nadie de sus amigos se lo podía creer. Visité su tuenti, el del chico. Su última visita había sido hacía más de una semana, sus últimos comentarios y fotos quedaron anticuadas a un 9 de julio. Al fin me lo creí.
Que duro es perder a una persona. Y me pregunto, ¿Si apenas lo conocía, por qué se siente un vacío tan grande en el pecho?
Sin intención alguna lo ocurrido se forma en tu mente y a medida que lees el artículo las imágenes se hacen más claras y te sientes como si estuvieses allí, visualizando los hechos.
Y te entran ganas de llorar, tu mente se queda en blanco, tu vista intenta alcanzar el horizonte y el dolor de tu pecho aumenta. Y te das cuenta de que tenías pensado volver a verle, volver a hablar con él. Y eso te hace sentirte peor y entonces, solo entonces, es cuando tus la´grimas deciden salir.
Hoy he decidido dedicarte el Blog, porque aunque no teníamos casi relación era como si estuvieses aquí al lado y te viese todos los días. porque siempre que me acuerdo de Londres me acuerdo de vosotros. Porque ojalá no hubiese hecho aquello. Eras bueno, guapo y agradable. Siempre aquí, en mi corazón.
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