Pues sí, eso, que me cuesta olvidarte. ojalá nunca hubieses aparecido por aquí. Maldito dos de septiembre en que me enloquecí contigo, día en que te acercaste a saludar a mi padre y sonreíste con esa boquina. Entonces no había nadie más, mis ojos solo tenían tiempo para ti. tu, tu y solo tu. Y desde ese día mi mundo gira en torno a ti, porque te adoro a pesar de todo, de que no te hablaré nunca, de que mi vida está fuertemente separada de la tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario